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Seguridad cognitiva, última línea de defensa

El 2022 será recordado como el año de la primera guerra globalizada de la información. El conflicto entre Rusia y Ucrania, además del plano cinético de la confrontación, tomó los espacios digitales como campos de batalla, lo que nos hizo a todos los habitantes del planeta en partícipes de esta infowar.

La verdad es que no sé si la palabra correcta sea más bien una guerra de la desinformación, antes que la de información. En ella, la manipulación maliciosa de la realidad se convirtió además, en el espacio para generar grandes incertidumbres y colocar a la gente en medio de un espacio sin referencias.

Frente a este plano del conflicto, la seguridad requiere igualmente entrar en un nuevo dominio, que no es otro que la mente, pues las amenazas ya lo han hecho.  Ya en el contexto ciber existe la seguridad cognitiva  que tiene como propósito el desarrollo de metodologías, prácticas e iniciativas para la defensa en contra de los peligros de la ingeniería social, a través de las cuales se manipula para explotar las debilidades del individuo con el fin de causar daños a personas y organizaciones. Un ejemplo de esto, lo vimos hace poco en Uber, cuando un hacker se hizo pasar como personal de servicio técnico y logró acceder a las bases de datos de la corporación desde sus propias oficinas, afectando, no sólo la operación, sino la reputación de la gigante del transporte.

En la informática, la seguridad cognitiva utiliza herramientas de Inteligencia Artificial para detectar amenazas a través del desarrollo de sistemas de self-learning, así como el acceso a la minería de datos y otras herramientas basadas en computación cognitiva y redes neurales.

Existe, sin embargo, otro dominio de la seguridad cognitiva y se refiere a los medios de prevención y protección y planificación frente a los procesos de transformación de la información como arma para distorsionar las percepciones, en relación con ciertos temas convertidos en objeto de desinformación y propaganda.

En este plano, la seguridad cognitiva se convierte en la capa más cercana de protección del individuo y a la vez, en un sistema de gestión de riesgos líquidos, pues su objetivo principal es identificar y desmontar amenazas intangibles, elaboradas para manipular la información desde el nivel de la psique, dejando sin capacidad de razonar a través de los elementos de la lógica y así facilitar la propagación de campañas de desinformación, tergiversar relatos para desviar responsabilidades o deformar la verdad en función de intereses o agendas de poder.

El propósito de la información utilizada como arma es cambiar progresivamente las creencias y actitudes de la población y a partir de allí, promover conductas que favorezcan a los intereses del diseñador o autor intelectual del ataque.

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En el pasado, la seguridad cognitiva era vista como un tema de ciencia ficción, ya que había muchas dudas sobre las capacidades de los sistemas de información para manipular tan profundamente a la gente, pero con el asombroso avance de la Inteligencia Artificial y el Machine Learning existen hoy herramientas poderosas de simulación y Deep Fake que pueden convencer hasta los más incrédulos.

En relación con el empleo de la información como arma, fuimos testigos durante el 2021 de grandes desordenes públicos en ciudades de América Latina, con altos saldos de destrucción y muerte. En estudios realizados sobre desinformación en redes sociales se han detectados campañas dirigidas a promover la violencia a través del saqueo de comercios, vandalismo en los sistemas de transporte público y en general de la infraestructura urbana, con el fin de generar caos en la población y así promover un clima de incertidumbre y desasosiego, en el cual resulta más fácil la manipulación de grandes masas de población.

El salto de la seguridad cognitiva del terreno de la informática al mundo real del ciudadano se está convirtiendo uno de los desafíos más importantes en la gestión de riesgos sociales. En tal sentido, eventos como las elecciones, las campañas de vacunación o la aprobación de leyes, son ahora nuevos planos de una especie de guerra de la información traducida en la polarización extrema y la pugna por ganar de cualquier forma la mente y la voluntad de los individuos.

El reto está en hacer de la seguridad cognitiva un campo aplicable, con prácticas que vayan desde el individuo hasta las organizaciones y la sociedad. Para esto, es indispensable, primero que todo, hacernos consciente de la naturaleza de estos riesgos, y luego diseñar cultura y estructura para contener y mitigar tales riesgos. La aplicabilidad de la seguridad cognitiva puede abordarse desde distintos ángulos, aquí menciono algunos que considero relevantes:

  1. Educar sobre las diferentes formas en que pueden ser manipuladas o engañadas, y cómo pueden protegerse. Esto puede incluir talleres, cursos o charlas sobre seguridad cognitiva.
  2. Reflexionar críticamente sobre la información que se recibe y evaluar su veracidad antes de tomar decisiones basadas en ella. Esto requiere desarrollar habilidades de pensamiento crítico y la promoción de la lectura crítica de las noticias y otros tipos de información.
  3. Utilizar tecnologías para la protección de la manipulación cognitiva. Esta opción ha sido cuestionada, ya que las mismas herramientas de protección se convierten a la vez, en manipuladores, sin embargo,  existen maneras confiables de verificación de hechos y bloqueadores de anuncios y extensiones de navegador que alertan a los usuarios sobre sitios web no seguros.
  4. Crear políticas y regulaciones que contribuyan a proteger de la manipulación cognitiva. En algunos casos se podría exigir a los sitios web revelar información sobre quién los financia o las políticas de privacidad y seguridad en línea que promuevan prácticas seguras.

Una vez más hemos llegado una nueva expresión de la sociedad del riesgo, en la cual hemos creado grandes amenazas a nuestra propia supervivencia y no hemos desarrollado aun los medios para tan siquiera darnos cuenta del poder que tienen.  Es aquí donde la seguridad cognitiva tiene espacio y estoy convencido que será un término que cada vez estará más presente en nuestra profesión. Los invito a explorar y saber más sobre este tema, pues será una de las maneras de mitigar riesgos líquidos.

@seguritips

1 comentario en “Seguridad cognitiva, última línea de defensa”

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