Un nuevo año, una nueva oportunidad para hacerlo mejor

Un nuevo año, una oportunidad para hacerlo mejor

Para mí es casi inevitable llegar a finales de diciembre y, no sólo reflexionar sobre el camino recorrido del año que termina, sino pensar en qué nos traerá el venidero.  Creo que para nada soy original en esta costumbre “revisionista”, pues desde los inicios de la humanidad cada sociedad ha celebrado sus rituales de fin de un ciclo e inicio de uno nuevo; y si bien, este corte temporal es de alguna manera ficticio, lo más significativo es el sentido de que un nuevo año también se trata de un nuevo comienzo, y una oportunidad para hacerlo mejor.

Lo interesante de la noción de vivir en ciclos es que, de alguna forma, podemos asumir que en la repetición vamos creando la perfección, lo que se contrapone a un paradigma de nuestros tiempos acelerados, y es que, en la vida las segundas oportunidades son raras, por tanto, nos obligamos a aceptar lo que venga porque quizás, si lo desaprovechamos, habremos perdido el último chance de nuestra existencia; sobre todo, para quienes tenemos profesiones como la seguridad, donde las decisiones pueden tener impactos muy profundos que implican la vida o el futuro de personas y organizaciones.

Sin embargo, si algo he aprendido en mis años de vida profesional (que ya pasan las tres décadas) es que siempre tendremos una nueva oportunidad. Es cierto que hay circunstancias irrepetibles y pérdidas irreparables, pero para quien con paciencia y perseverancia aprende a esperar su momento, todos los ciclos vividos previamente habrán servido de preparación para reconocer que su tiempo ha llegado.

Dos de mis tres hijos son karatecas y han hecho del arte marcial su modo de vida, ambos comenzaron siendo niños y hoy, ya adultos mantienen su práctica. Los he visto cientos de veces realizar los mismos katas, una y otra vez. A mis ojos de aficionado sus movimientos tienen la soltura de la excelencia, para ellos; sin embargo, siempre hay algo que corregir, un detalle que ajustar, algo que mejorar, y todo es posible porque en el karate lo que más tiene valor es intentarlo hasta la perfección.

Un nuevo año es también el renacimiento de la posibilidad para volver a intentarlo, para desarrollar soltura de la excelencia del karateca, pero para hacerlo necesitamos aceptarnos en nuestra realidad de eternos aprendices.

Dios les conceda un año pleno de salud y logros, que sus sueños se conviertan en realidad, y si no es así, ¡¡siempre habrá una nueva oportunidad!!

Feliz 2024

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