El 23 de marzo de 2021, producto de una tormenta, el buque portacontenedores Ever Given de la naviera taiwanesa Evergreen encalló en el Canal de Suez, bloqueando el tráfico marítimo en una de las rutas comerciales más transitadas del mundo. El incidente provocó un gigantesco atasco de barcos a ambos lados del canal y amenazó con interrumpir indefinidamente las cadenas de suministro globales.
Luego de seis días de trabajo intensivo, el buque fue finalmente desencallado el 29 de marzo de 2021 y el tráfico en el canal fue reestablecido. El incidente causó importantes retrasos y costos en la industria del transporte marítimo y puso de relieve la importancia de la resiliencia de las cadenas de suministro en un mundo cada vez más acelerado e interconectado.
El incidente del Ever Given tuvo un impacto significativo en el comercio global y se estima que las pérdidas económicas asociadas a este incidente fueron de varios miles de millones de dólares. Según la aseguradora alemana Allianz, el atasco podría haber costado a la economía mundial hasta 10 mil millones de dólares por semana. Esto se debió a que el canal de Suez es una de las rutas comerciales más transitadas del mundo y la interrupción del tráfico marítimo en esta vía acuática vital para el comercio internacional provocó retrasos en la entrega de productos, aumentos en los costos de envío y problemas de inventario para las empresas. Además, algunos analistas sugieren que el incidente del Ever Given tendría un impacto residual de varios meses en la industria del transporte marítimo, más aún durante el despertar del planeta, luego de la crisis provocada por el COVID-19.
El caso del Ever Given, enmarcado en la pandemia ha llevado a varias naciones a considerar las cadenas de suministro como parte vital de la infraestructura crítica, lo que está generando una ola de cambios significativos en la planificación estratégica y la gestión de riesgos en las redes logísticas globales. Debido al grado de interconexión entre múltiples variables, la gestión de riesgos necesita tener visibilidad, no sólo sobre las interrupciones, pues a estas se le agregan aspectos de cambios súbitos en la demanda de productos, temas de calidad, problemas financieros, asuntos regulatorios, conflictividad laboral y social y amenazas de carácter cibernético, por sólo mencionar las fuerzas en movimiento en este mapa situacional de las operaciones de comercio internacional.
Debido a la relevancia de la actividad logística y su impacto en la economía mundial, la seguridad de las cadenas de suministro es fundamental para garantizar la continuidad global de sus operaciones empresariales y la entrega de bienes y servicios para todos los sectores de la industria. En este sentido, existe hoy un mayor interés en el incremento de la resiliencia y flexibilidad en el negocio global del transporte de materias primas y suministros, que le permitan adaptarse a las demandas del mercado y las impredecibles interrupciones, producto de fenómenos emergentes no contemplados en la planificación.
La resiliencia en el negocio de la logística global va más allá de la recuperación luego de disrupciones, pues es un negocio donde las emergencias son comunes, aquí me refiero a la capacidad de la cadena de suministros de recuperarse rápidamente de una interrupción o desastre y volver a funcionar de manera eficiente y con capitalización en aprendizaje. Una cadena de suministros resiliente puede anticiparse a los riesgos y actuar, inclusive antes, de un potencial un evento disruptivo. La flexibilidad, en este marco, se vincula a las posibilidades de la cadena de adaptarse con agilidad a las variaciones en la demanda del mercado y ajustar sus procesos y recursos para satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes.
Para lograr una cadena de suministro resiliente y flexible, las empresas, además de la planificación y gestión, requieren la colaboración estrecha con sus proveedores y socios comerciales. Hoy también el uso de tecnologías avanzadas, como el análisis de datos y la inteligencia artificial, para mejorar la visibilidad y el control a lo largo de la cadena.
Abordar la gestión de riesgos de las cadenas de suministro bajo la óptica de las infraestructuras críticas abre un espacio muy interesante para la especialización para los profesionales de la seguridad, ya que esto trasciende el objetivo de la continuidad operacional y se eleva a una nueva dimensión estratégica para entornos de alta complejidad e incertidumbre, ahora enmarcada en los principios de resiliencia y flexibilidad. En este contexto, otros elementos más blandos, como la colaboración y transparencia entre stakeholders también contribuyen sensiblemente a la anticipación de problemas y la minimización de disrupciones.
La próxima vez que usted haga una compra online, piense por un momento sobre el recorrido de su producto a través de medio planeta, y todos los recursos y procesos interconectados que han operado para que usted lo reciba en sus manos. Si detrás de ello, no existieran elementos de seguridad, este negocio de mover materias primas, productos y servicios de un lado a otro del planeta sería materialmente inviable.
