Una persona imaginando la seguridad del futuro

Repensar la seguridad – Algunas reflexiones

En mi libro Riesgos Líquidos hay un capítulo titulado «Repensar la seguridad o leer desde los bordes”, en esencia se trata de una invitación a cuestionar nuestras ideas preconcebidas y a explorar nuevos enfoques para abordar los desafíos de la seguridad en un mundo cada vez más complejo y líquido.

La seguridad tradicionalmente se ha centrado en proteger a las personas y organizaciones de las amenazas externas y en mantener el status quo. Es decir, que la realidad se mantenga más o menos bajo control. Sin embargo, en un mundo de cambio acelerado, donde las amenazas emergen y evolucionan constantemente, esta forma de pensar puede quedarse obsoleta y no ser suficiente para hacer frente a los riesgos líquidos.

Leer desde los bordes significa observar para crear desde perspectivas y enfoques que se encuentran en los márgenes, no son lineales o no corresponden al pensamiento dominante. Esto puede incluir la consideración de ideas alternativas provenientes de otros espacios del conocimiento y la apertura a nuevas formas de pensar y actuar en relación con la seguridad.

Repensar la seguridad, desde esta perspectiva, implica adoptar una mentalidad de aprendizaje constante y de adaptación a los cambios, en lugar de simplemente tratar de mantener el control y la estabilidad. Requiere una visión más amplia y holística que considere no sólo las amenazas externas, sino también la resiliencia interna de las personas, las organizaciones y las sociedades en su conjunto.

Repensar la seguridad o leer desde los bordes es la disposición a cuestionar nuestras suposiciones y a explorar nuevas formas de plantear y actuar en relación con la seguridad, con una mentalidad de aprendizaje y adaptación constante. La seguridad es un problema complejo y multifacético, y pensar en ella de manera no lineal significa intentar diferentes soluciones creativas y adaptativas que no siguen un patrón predecible o lógico.

Para empezar, es importante reconocer que la seguridad no es solo un problema técnico, sino también social, económico y político. Por lo tanto, nos corresponde considerar diferentes perspectivas para entender y abordar los problemas de seguridad en su totalidad. Una forma de pensar de manera no lineal en seguridad es adoptar un enfoque de sistemas. Esto implica comprender que la seguridad es compleja y se compone de diferentes elementos interdependientes. Al considerar la seguridad de esta manera, podemos entender cómo un cambio en un elemento puede afectar a otras partes en el sistema y diseñar soluciones que tengan en cuenta estas interacciones.

Otra forma de pensar de manera no lineal en seguridad es adoptar estrategias basadas en el riesgo. En lugar de centrarse en la mitigación completa del riesgo, esta aproximación busca reducir los riesgos a niveles aceptables mediante la implementación de medidas de seguridad adecuadas. Estas estrategias implican la evaluación continua y dinámica de los riesgos y la adaptación de las medidas de seguridad según los cambios del entorno y las amenazas emergentes.

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Una perspectiva adicional no lineal se ubica en una seguridad centrada en las personas, en lugar de centrarnos solo en la tecnología o en la infraestructura. La seguridad es un problema humano, y es importante tener en cuenta cómo las personas interactúan con las soluciones de seguridad. Por lo tanto, necesitamos diseñar soluciones de seguridad que sean fáciles de usar y comprender para las personas y que no impliquen cambios radicales con sus actividades diarias.

Para desarrollar una seguridad basada en las personas es necesario entender cómo las personas interactúan con las tecnologías, políticas y procedimientos de seguridad y cómo pueden afectar la seguridad en su conjunto. Por ejemplo, si una política de seguridad es demasiado restrictiva o difícil de entender, las personas pueden no seguirla y se pueden producir vulnerabilidades. Si una tecnología de seguridad es demasiado difícil de usar, las personas pueden encontrar formas de evitarla o desactivarla.

Si bien, las personas pueden ser el punto débil de cualquier sistema de seguridad porque son susceptibles a ataques de ingeniería social, uno de los objetivos de la cultura de seguridad es precisamente el fortalecimiento del individuo, a fin de transformarlo de objeto a sujeto de la seguridad; por lo tanto, es importante educa sobre cómo reconocer y prevenir engaños y fraudes; así cómo, proteger sus datos personales e información confidencial.

Como lo expongo en Riesgos Líquidos, no existen soluciones sencillas a problemas complejos, lo que lleva a la seguridad a entenderse como un sistema para gestionar la complejidad que se compone de diferentes elementos interdependientes, tales como tecnologías, políticas, leyes, procedimientos, cultura y personas. Cada uno de estos elementos influye en el sistema de seguridad en su conjunto y puede afectar la forma en que se logran los objetivos de seguridad.

Es importante reconocer que los sistemas de seguridad son dinámicos y evolutivos, y pueden ser impactados por factores internos y externos. Por lo tanto, una visión de seguridad orientada a la complejidad también implica la evaluación continua y la adaptación para que las soluciones diseñadas se mantengan actualizadas y relevantes en un entorno en constante cambio.

@seguritips

 

 

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