En este mundo acelerado, complejo y de múltiples realidades, lograr resultados es todo un desafío. Para la gerencia de seguridad en particular, me atrevería a decir que el reto es aún mayor, ya que nos corresponde lidiar con amenazas que no están bajo nuestro control, lo que no sólo agrega incertidumbre a la gestión, sino que se traduce en riesgos que pueden significar pérdidas humanas, materiales o reputacionales de dimensiones no estimadas. Pero a pesar de todo ello, lograr resultados es fundamental para asegurar la protección de los recursos y activos, así como para promover un entorno de certezas, seguro y confiable para todos los miembros de la organización.
Sin embargo, la responsabilidad de lograr resultados no sólo recae en el líder, los colaboradores son las piezas esenciales para el éxito. En tal sentido, el gerente desempeña un papel crucial en la consecución de resultados exitosos y en fomentar un entorno en el que los demás también puedan alcanzar sus metas. En las próximas líneas destacaré la necesidad de lograr resultados en seguridad, así como la importancia que, bajo la dirección del líder de seguridad, otros logren alcanzar sus objetivos.
Metas claras: Un aspecto clave en la función del líder es establecer metas claras y realistas que promuevan el éxito y la generación de certezas en la organización. Al establecer objetivos específicos y medibles, el líder brinda a su equipo una visión clara de lo que se espera de ellos, además de señalar la dirección que deben seguir. Esto inspira confianza ya que saben que su líder tiene un plan claro y que está comprometido con el éxito y el logro de resultados.
Ambiente de certezas: Entre los objetivos de la seguridad está crear un ambiente de trabajo de certezas, positivo y colaborativo que promueva la productividad. Esto implica establecer una comunicación abierta, incentivar el trabajo en equipo y proporcionar los recursos necesarios para que los equipos se desempeñen en le máximo de su potencialidad. Valorar el esfuerzo de los liderados motiva e inspira, haciendo el logro de resultados un proceso no sólo productivo sino apasionante.
Desarrollo profesional: Un líder orientado a resultados entiende la importancia de brindar capacitación y desarrollo profesional a su equipo. En el campo de la seguridad, esto incluye mantenerse actualizado de las últimas tendencias y mejores prácticas, y proporcionar las herramientas y el conocimiento necesarios para enfrentar la incertidumbre y los desafíos emergentes. Al invertir en el crecimiento y desarrollo de los equipos, el gerente de seguridad promueve la excelencia y potencia el logro de resultados sobresalientes.
Responsabilidad y rendición de cuentas: El liderazgo en seguridad implica establecer responsabilidades claras y fomentar la rendición de cuentas en todos los niveles de la organización. Esto significa definir métricas y objetivos medibles, así como brindar retroalimentación constructiva y reconocimiento por los logros alcanzados. Al establecer un sistema transparente de responsabilidades, el gerente de seguridad crea un entorno en el que los empleados son conscientes de su contribución y se esfuerzan por alcanzar los resultados deseados.
Innovación y aprendizaje continuo: Ante los retos de hoy, la seguridad en las organizaciones no puede quedarse estancada en enfoques obsoletos. El líder está obligado a generar el ambiente propicio para la innovación y el aprendizaje continuo dentro de su equipo. Esto se traduce en alentar a sus colaboradores a proponer ideas nuevas, buscar soluciones creativas y estar informados de los avances en el campo de la seguridad. Al promover un clima que valore la innovación y el aprendizaje, el gerente de seguridad impulsa la mejora constante y la adaptación a los desafíos cambiantes del entorno.
Gestión eficiente de recursos: La seguridad, como otras ramas de la gerencia organizacional, exige una gestión eficiente de los recursos disponibles. El líder debe ser capaz de optimizar el uso de los recursos financieros, humanos y tecnológicos para lograr los resultados proyectados. Necesita, por tanto, establecer prioridades, presupuestar adecuadamente y buscar formas de maximizar la eficiencia en los procesos de seguridad. Al hacerlo, el líder asegura que los recursos se utilicen asertivamente para lograr los resultados esperados.
Evaluación y resiliencia: Liderar implica realizar evaluaciones periódicas para medir el avance de los objetivos e identificar áreas de mejora. Es una tarea clave analizar los resultados obtenidos, identificar las fortalezas y debilidades, y tomar medidas correctivas cuando sea necesario. El gerente de seguridad debe estar dispuesto a aprender de los errores y a buscar constantemente formas de mejorar los procesos y prácticas de seguridad. Al mantener un mindset de mejora continua, el líder garantiza que los resultados sean consistentes y se adapten a las necesidades cambiantes de la organización.
Mostrar resultados y trabajar para que otros los logren es una competencia infaltable en quienes lideran las organizaciones. Para la seguridad, obtener resultados medibles es esencial para mitigar riesgos y garantizar la protección de los recursos y los activos.
Sin embargo, estos resultados no pueden lograrse únicamente a través de esfuerzos individuales o aislados. Liderar pasa por cohesionar equipos a los cuales se les establezcan metas claras y se les provea un ambiente de certezas para el trabajo productivo. Asimismo, liderar se centra en proporcionar capacitación y desarrollo a los equipos, establecer responsabilidades y definir un sistema de rendición de cuentas.
No se puede pretender la excelencia si no se promueve la innovación y el aprendizaje continuo y no se gestiona eficientemente los recursos. Todo este gran proceso de liderar por resultados sólo estará completo al establecer métodos de evaluación y mejora continua. El gerente de seguridad no solo logra resultados, sino que también motiva y habilita a otros para que alcancen su máximo potencial y contribuyan al éxito global de la organización.