La complejidad como origen en la formación de los riesgos líquidos

El origen de los riesgos líquidos es la complejidad*

Las realidades complejas desafían la lógica convencional y en tiempos turbulentos, las relaciones causa-efecto dejan de ser directas o lineales. Esto dificulta el encaje de ideas y razonamientos del pasado con nuestra limitada capacidad de comprensión del entorno líquido. El mundo que nos rodea es complejo y no se puede desmontar para simplificarlo y abordarlo por partes, ya que al hacerlo, se modifica y lleva a conclusiones erróneas. La complejidad implica la paradoja relativista del observador, que al observar, modifica lo observado.

Los elementos en la complejidad se organizan bajo ciertos parámetros de autoorganización y emergen nuevas capacidades para adaptarse a los cambios del entorno. Un sistema con propiedades emergentes está en movimiento constante y no puede ser cerrado, ya que tiene que construir posibilidades para sobrevivir y adaptarse. En los entornos complejos, las estrategias rígidas fallan y coexisten fuerzas desestabilizantes y posibilidades emergentes.

Solo en entornos con bajos niveles de incertidumbre se pueden proyectar realidades determinadas. En el mundo de los riesgos líquidos, solo se pueden pronosticar con bajas probabilidades el futuro cercano. Vivimos en un mundo no lineal ni proporcional, donde pequeños cambios pueden producir consecuencias inimaginables.

Riessgos Líquidos Alberto Ray desafíos a la seguridad global

La complejidad está en desequilibrio continuo, produciendo gradientes que mueven al sistema para intentar estabilizarse. Sin embargo, las fuerzas presentes son tantas y variadas que el sistema nunca llega a una posición de reposo. Según Bauman, el futuro ya no es para siempre y necesita ser montado y desmontado continuamente.

Los riesgos líquidos se forman en la complejidad y son consecuencia del aceleracionismo en el que estamos inmersos. No se pueden evitar, pero sí gestionar de alguna manera. Para hacerlo, es indispensable entenderlos.

Quienes tienen responsabilidades de dirección en seguridad deben integrar la complejidad a su portafolio de competencias clave y abrazarla. No hacerlo implica seguir viendo hacia adentro cuando todo está sucediendo afuera.

*Este texto es un fragmento optimizado del libro Riesgos Líquidos.  La optimización fue hecha con la herramienta ChatGPT. Un detalle interesante de la optimización a través de IA; el texto original tiene 512 palabras, y este artículo tiene un poco más de 300.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 × tres =