Violencia compleja y armas de fuego en los Estados Unidos

Este año, hasta el 24 de mayo, han ocurrido en los Estados Unidos 214 tiroteos masivos (mass shootings) según el Gun Violence Archive ( https://www.gunviolencearchive.org/ ), en los que han muerto 243 personas, incluyendo el caso más reciente de la escuela Uvalde, en Texas con un terrible saldo de 19 niños y dos adultos asesinados. De acuerdo con los estándares, se considera un tiroteo masivo cuando cuatro o más personas resultan heridas o muertas, producto de los disparos de una o más armas de fuego.

Si bien, las cifras de asesinatos producto de masacres como la del colegio en Texas ha crecido de forma significativa en los últimos años en los Estados Unidos, y sin ánimo de generar polémica en torno a este tema, la violencia en las calles de muchas ciudades del país del norte es compleja, por lo que vale la pena ver en perspectiva las trágicas muertes de los tiroteos en masa.

En 2020, que es el año con cifras comprobadas más recientes, fallecieron por armas de fuego en los Estados Unidos un total de 45.222 personas. Esta cifra incluye las 24.292 muertes por suicidios en los que las víctimas se dispararon a sí mismas y que representan un 54% del total. (Esta información puede ser verificada en el Pew Research Center (https://www.pewresearch.org/fact-tank/2022/02/03/what-the-data-says-about-gun-deaths-in-the-u-s/).

En otra estadística de 2020, el FBI contabilizó 40 incidentes con atacantes activos (active shooters) con un saldo de 38 personas muertas y 126 heridas (https://www.fbi.gov/file-repository/active-shooter-incidents-in-the-us-2020-070121.pdf/view). El caso reciente en Uvalde puede ser considerado en esta clasificación, ya que había un atacante activo. Debo destacar que no todos los tiroteos masivos involucran atacantes activos. En los datos señalados previamente en relación con los tiroteos en masa se incluyen acciones del hampa común, pelea entre bandas e incidentes entre población civil armada. En este sentido, vale destacar que en la categoría más amplia de tiroteos masivos durante 2020 hubo un total de 513 víctimas mortales, según el Gun Violence Archive (https://www.gunviolencearchive.org/reports/mass-shooting?year=2020 ).

Es interesante señalar que, del total de las muertes violentas por armas de fuego en 2020, excluyendo los suicidios, sólo el 3% fueron provocadas por lo que se llaman armas de asalto, tal como los fusiles AR-15 y otros, utilizados en los dos casos más recientes, en Buffalo NY y Uvalde TX.

Cada vez que ocurren masacres como las vividas en estas dos semanas en los Estados Unidos, se reabre una herida nunca sanada sobre la muerte de inocentes a manos de individuos, que sin más razón que sus propios trastornos, deciden acabar con las vidas de quien se les atraviese en el camino utilizando armas de fuego.

No cabe duda que las armas de fuego agregan un alto factor de letalidad a la violencia, y que la sociedad norteamericana ha visto en los últimos años un incremento progresivo de la violencia debido a múltiples causas de orden social, económicas y más recientemente, políticas. Sin embargo, y a pesar de todo ello, enfocar la reducción de la violencia sólo en el tema de las armas de fuego es ver el problema desde una perspectiva equivocada. Aspectos de orden familiar, enfermedades psiquiátricas, presión económica, abandono y otros, son partes claves de la complejidad.

Como es conocido por el mundo entero, en los Estados Unidos el porte de armas es un derecho constitucional consagrado en la segunda enmienda. Allí se garantiza la libertad que tienen los ciudadanos de poseer y portar armas de fuego. Esta enmienda fue aprobada en 1791 y así se ha mantenido por más de 230 años. En 2010, la Corte Suprema ratificó ese derecho y sentenció que ningún gobierno regional o local puede restringirlo.

Aunque para muchos esta enmienda es la causa de tantas muertes, para un porcentaje alto de la población norteamericana, la segunda enmienda es el eje sobre el cual ha girado la libertad del país, ya que la constitución otorga a los ciudadanos el deber de defenderla y para ello, les da el derecho a las armas.

Los Estados Unidos es el país del planeta con más armas per cápita. El estimado es que en 45% de los hogares de los Estados Unidos hay al menos un arma de fuego, y que existen en total alrededor de 300 millones armas en poder de los ciudadanos.

A pesar de estos números y de las masacres tan difíciles de entender, las tasas de homicidio en los Estados Unidos se han mantenido relativamente bajas en comparación con los promedios mundiales, alrededor de 5 muertes por cada 100 mil habitantes, aunque por encima de la mayoría de los países de Europa Occidental.

La discusión sobre la presencia de armas de fuego y el factor de letalidad que agrega a la violencia está abierta y estoy completamente de acuerdo en que algo debe hacerse para reducir la probabilidad de que armas de fuego caigan en manos de quien no es apto para potarlas. Sin embargo, me llama mucho la atención que cada vez que ocurre una tragedia como la de Uvalde, aparecen una cantidad de actores de la industria del entretenimiento a reclamar y exigir el control de armas, pero no cuestionan en lo más mínimo, la violencia como espectáculo en las producciones millonarias de Hollywood, llenas de superhéroes de Marvel y cientos de armas de fuego disparadas alegremente.

@seguritips

Foto: NY Times

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