En el país que vivimos la vía pública es el espacio de mayor riesgo para nuestra seguridad. No existe un parámetro de hora o lugar que nos permita estar a salvo, aunque claro está que algunos sitios y momentos son menos inseguros que otros. Esto nos deja pocas opciones, aunque siempre algo podemos hacer, empezando por la primera recomendación que es la consciencia preventiva del riesgo, es decir, evitar los peligros antes de exponernos a ellos.
En este espacio me voy a referir a las oportunidades de seguridad que tenemos cuando estamos al volante de un vehículo particular, no blindado, tanto en ciudades como en vías extraurbanas.
Vehículo en buen estado: el mantenimiento del carro es la diferencia entre llegar o no al destino. Asegúrese que el estado de su automóvil esté acorde con el trayecto que va a realizar. Los cauchos, incluyendo el repuesto, la batería, el nivel de los fluidos e inclusive la operatividad del aire acondicionado son importantes en la seguridad de su viaje. Si tiene dudas sobre la confiabilidad del carro que va a utilizar es preferible tomar un taxi. En relación a la gasolina trate de mantener como mínimo medio tanque de combustible, esto le permitirá circular unos 150 kilómetros en ciudad y 200 en carretera antes de recargar.
Nada a la vista: no deje objetos en los asientos de su carro, ya sea que vaya manejando o cuando lo deje estacionado. No se confíe en los vidrios ahumados que, por muy oscuro que parezcan, siempre es posible mirar a través de ellos. No coloque su cartera o celular en el asiento del copiloto. Utilice los espacios debajo de las butacas y aproveche los bolsillos y compartimientos del carro. Tenga un auricular de su teléfono que le permita el uso libre de sus manos. Nunca vista prendas de oro o muy llamativas cuando maneje, el delincuente entrenado, sobretodo el motorizado, está a la caza de celulares, anillos, relojes, pulseras y zarcillos para arrebatarlos en el más mínimo descuido de conductores desprevenidos. Objetos como laptops y tablets son frecuentemente olvidados en los asientos traseros, revise su carro antes de bajarse y cerciórese que llevar o guardar todo.
Aspectos básicos de manejo preventivo: elevar el estado de alerta al manejar no es exclusivo de escoltas o conductores profesionales. Existen detalles básicos que podemos observar cuando estamos al volante que van a hacer nuestro recorrido más seguro. En primer lugar, se debe mantener una distancia prudencial entre el vehículo que va delante. En tráfico fluido existe la regla de los 2 segundos. Al detenerse en semáforos o trancas vehiculares deje espacio suficiente para maniobrar y salir sin necesidad de retroceder. Mantenga la mirada en movimiento, revise los espejos, verifique los vehículos que vienen detrás. Si usted percibe que lo están siguiendo desvíese de su ruta habitual, manteniéndose en zonas de alto tráfico y entre en un estacionamiento público o ubique un módulo policial y pida ayuda. Trate de mantenerse en el canal de circulación rápido de manera que las motos no le pasen por la izquierda. Evite las vías solitarias o los llamados caminos verdes en horas nocturnas, la vía más segura es la de mayor tráfico, aunque se demore un poco más en llegar. Evite en lo posible que los vehículos no le sobrepasen en vías de un solo canal y, muy importante, no olvide mantener cerrados y bloqueados los seguros de su vehículo.
Evitar conflictos es lo mejor: algunas personas, tanto hombres como mujeres, se transforman al tocar un volante. Pasan de la cortesía a la violencia y de la amabilidad al maltrato. No sea usted uno “demonio del volante”. En nuestra realidad, los conflictos callejeros tienen con frecuencia resultados trágicos con saldos fatales. Por mucho que tenga la razón, evite pelear con desconocidos en la vía, en definitiva, no se sabe si su contendor es más “demonio” que usted. Conduzca con prudencia, respete las leyes de tránsito y a los peatones. Recuerde que no sólo con las palabras se insulta, a veces con nuestra actitudes o gestos podemos ser mucho más ofensivos.
Seleccionar la ruta antes de salir: en la actualidad las ciudades y las carreteras, lamentablemente no son espacios para el turismo. Antes de sentarse tras el volante tenga meditada y planificada su ruta. Tenga en cuenta los puntos críticos o de mayor riesgo; considere las intersecciones, las calles sin iluminación, las vías angostas o las zonas identificadas como de alto índice de delitos. Evite tomar rutas extraurbanas en horarios nocturnos o salir de día y llegar en la noche. Prefiera siempre rutas principales. Si va a buscar personas en el trayecto, manténgalas en alerta para que le esperen en un lugar seguro, pero con acceso rápido al vehículo. No se quede dentro del carro despidiéndose o conversando.
Hacernos acompañar en el trayecto: siempre es preferible manejar en compañía de alguien de confianza. Una persona adicional es tener más recursos disponibles al momento de una situación de emergencia. En caso que deba manejar solo en trayectos cortos o largos notifique a algún familiar o amigo al momento de su partida y su llegada. Para estos fines, los chats de seguridad son muy útiles. Igualmente existen disponibles aplicaciones que, a través del GPS del celular pueden acompañarle virtualmente en su recorrido. No sobrestime la confianza o el conocimiento que usted tenga de una ruta, siempre existe la probabilidad que cambien las condiciones de la vía o que nuestro vehículo falle, por ello, es indispensable que nos acompañen o monitoreen mientras vamos manejando.
Minimizar distracciones: el teléfono celular es probablemente el primer distractor cuando estamos manejando. Como ya lo mencionamos, utilice un dispositivo de manos libres y nunca envíe o lea mensajes de texto mientras conduce. Al momento de abordar o bajarnos del vehículo no pierda la concentración. Un número importante de robos y secuestros ocurren en esos instantes y el elemento común en los casos es la distracción de las víctimas. Un factor de distracción en los carros son los niños, si son pequeños es obligatorio que vayan en sillas especiales. Los niños más grandes deben ir siempre en el asiento trasero con los cinturones de seguridad colocados. Verifique que su vehículo tenga activado el bloqueo de las puertas. Un último elemento de distracción somos nosotros mismos. Cuando estamos solos manejando nos abstraemos de la realidad y perdemos el sentido del aquí y del ahora. Manténgase alerta, no se distraiga con la música y tenga conciencia de su ruta. Si usted se distrae cuando maneja, ninguna de las recomendaciones anteriores puede aplicarse con efectividad.
Manejar implica responsabilidad. No dejemos aspectos al azar y tengamos presente que, de la prudencia, el juicio correcto y la consciencia preventiva depende llegar a nuestro destino. Entre los expertos del volante se utiliza el concepto “conducción perfecta”. Manejamos perfectamente cuando hacemos nuestro trayecto de manera segura, sin accidentes, incidentes, respetando las leyes de tránsito y llegando oportunamente a nuestro destino. Aprendamos a perfeccionar nuestro manejo, es muy económico y sus efectos altamente positivos.
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