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Seguridad VUCA*

Entender un problema debería llevar implícito sus soluciones. Lanzarse al ensayo y el error para abordar la seguridad es una tarea superada desde hace más de una década, cuando en ciudades con altos índices de criminalidad se diseñaron e implantaron exitosas  políticas públicas de convivencia y seguridad, reduciéndose progresivamente los indicadores de violencia e impactando de manera real y positiva en la calidad de vida del ciudadano.

En las organizaciones tampoco es necesario experimentar para llegar a resultados relevantes en la gestión de la seguridad. Existen hoy varios modelos para afrontar los problemas hasta llevarlos a niveles tolerables y además, formar cultura de previsión entre los trabajadores.

Lo que es común, tanto en las ciudades como en las empresas, es la forma integral de entendimiento y  abordaje del problema, y es que buena parte del problema pasa por entender la realidad y el entorno, desde una perspectiva de capitalización de los errores siendo capaces de asimilarlos en las soluciones En seguridad, a este entendimiento se le conoce como inteligencia situacional y requiere un despliegue de esfuerzos para leer, a veces entre líneas, eso que ocurre alrededor nuestro.

La seguridad en un mundo de amenazas globales, es básicamente estratégica y viene creciendo en complejidad de manera acelerada. Temas como el terrorismo o los cárteles de la delincuencia organizada eran, hasta no hace mucho, materia de la alta defensa de los Estados. Hoy, a las empresas les afecta directamente las actividades de estos grupos porque impactan en el comercio internacional, el movimiento de materias primas y en la protección de sus ejecutivos. Ante tales niveles de complejidad, no podemos esperar soluciones simples o «sacadas de la manga,» al contrario, al gerente de riesgos se le pone por delante un reto difícil de estimar y casi imposible de mitigar a niveles aceptables.

Frente a un entorno global, complejo y lleno de incertidumbres, viene surgiendo una corriente en la gerencia contemporánea conocida como mundo VUCA, por sus siglas en inglés: Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity, y que describe a la realidad como un caos que debe entenderse y hasta cierto punto preverse para poder asumirla y tener éxito.

Este mundo azaroso es para la organización flexible y preparada un medio perfecto para que se presenten grandes oportunidades de capitalizar beneficios, apalancándose un poco en la energía, en apariencia desordenada, del caos. El VUCA propone que transformando la Volatilidad en Visión, la Incertidumbre en Comprensión, la Complejidad en Claridad y la Ambigüedad en Agilidad, podemos redescubrir una nueva y poderosa herramienta que nos ubique en posición ventajosa por delante de la intrincada realidad y, nos eleve por encima de nuestros competidores.

Sin embargo, el VUCA se convierte en el más grande desafío, para el ejecutivo de la protección, más aun cuando pensamos en ese mundo soñado de paz y tranquilidad que procura la seguridad.  ¿Cómo podemos gerenciar riesgos en entornos VUCA aunque contemos con fórmulas probadas de éxito?

La respuesta está directamente vinculada al desarrollo de habilidades blandas en las organizaciones. Se trata de construir modelos de competencia en los que, tanto la resiliencia como la previsión, sean ejes de una verdadera y profunda transformación cultural.

Las sociedades y las organizaciones de mayor éxito en nuestros días, vienen en su mayoría, forjadas en los crisoles del fracaso, la incertidumbre y la ambigüedad. No es casualidad que hayan entendido la complejidad caótica de sus situaciones y las hayan podido capitalizar en progresos que hasta hace pocos años eran impensables.

*Este artículo forma parte de la serie RAY en Seguridad

@seguritips

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