Llevo algún tiempo pensando cómo conceptualizar y analizar las crisis desde una óptica más sistémica y al mismo tiempo fuera de lo convencional. Bajo estos parámetros me conseguí con la interesante visión de estudiar las crisis como fractales. En términos prácticos, un fractal se puede definir como un patrón o estructura que se repite a diferentes escalas, mostrando características similares independientemente del nivel de observación. Esto, llevado al contexto de las crisis significa que los patrones, comportamientos y dinámicas que observamos en una crisis a gran escala (como una crisis global) pueden encontrarse también en crisis más pequeñas, como crisis personales o locales. De manera similar puede ocurrir a la inversa, ir de lo muy pequeño a escalas globales.
Existen varias características que son claves y útiles para entender la visión fractal de las crisis. Básicamente son cinco aspectos que voy a puntualizar de forma sintética:
- Autosimilitud: Los patrones de la crisis se repiten a diferentes niveles, desde lo individual hasta lo global.
- Complejidad a todas las escalas: Cada nivel de la crisis muestra un grado similar de complejidad e intrincación.
- Recursividad: Las soluciones o problemas en un nivel pueden generar efectos similares en otros niveles.
- Sensibilidad a las condiciones iniciales: Pequeños cambios en el inicio de una crisis pueden llevar a grandes diferencias en su desarrollo y resolución.
- Iteración: Las crisis tienden a evolucionar a través de ciclos repetitivos, aunque cada iteración puede presentar variaciones.
Las crisis no son eventos aislados, sino manifestaciones emergentes de patrones más amplios y profundos que se repiten en diferentes contextos y escalas. Un ejemplo que me ha resultado ilustrativo referido a las crisis fractales es pensar en ellas como las grietas en un cristal golpeado. Cuando una roca impacta un parabrisas, crea un patrón de grietas que se extiende. Si miras de cerca, verás que cada rama principal de la grieta se divide en grietas más pequeñas, y estas a su vez en otras aún más diminutas, todas siguiendo un patrón similar.
De la misma manera, una crisis global, como una pandemia, crea ‘grietas’ que se ramifican en la sociedad. A nivel nacional, vemos problemas en los sistemas de salud. Estos se replican a escala más pequeña en comunidades locales, donde los hospitales se saturan. A nivel familiar, las personas se ven comprometidas de salud y en su economía. En cada nivel, desde lo global hasta lo personal, observamos patrones similares de estrés, adaptación y resiliencia.
Entender las crisis como fractales permite ver cómo los mismos patrones de desafío y respuesta se repiten a diferentes escalas. Esto ayuda a pensar y a aplicar soluciones “multinivel” dependiendo la extensión del problema.
Pero ¿Para qué sirve un análisis de esta naturaleza en un tema tan frecuente como lo es la resolución de crisis?
Se me ocurren unas cuantas respuestas de sentido práctico; sin embargo, pienso que en primer término son útiles para pronosticar y modelar situaciones bajo ciertos patrones repetitivos, inclusive, a través de la geometría fractal es posible el desarrollo de modelos matemáticos para simular la propagación de crisis. Otro aspecto en el que opera la visión fractal es en el análisis de riesgos, ya que provee capacidades de evaluar vulnerabilidades e identificar amenazas de manera sistémica observando patrones que se repiten en diferentes escalas de una organización o sociedad, a fin de desarrollar herramientas de valoración de riesgos más integrales y multinivel. En una aproximación diferente, el análisis de crisis bajo la óptica fractal facilita la creación de políticas escalables y adaptables a diferentes niveles de gobierno y sociedad. Las crisis, al igual que los fractales, muestran patrones similares a diferentes escalas, desde lo individual hasta lo global.
Esta perspectiva de análisis en torno a las crisis vistas como fractales puede tener limitaciones, en cuanto a que no todos los fenómenos emergentes de la complejidad se comportan bajo este modelo; por ejemplo, los llamados cisnes negros se salen de los patrones de autosimilitud y recursividad; sin embargo, en un buen número de casos, el esquema fractal permite entender mejor la interconexión entre diferentes niveles de la sociedad o las organizaciones durante tiempos de crisis, además de proveer aplicaciones potenciales en la gestión y mejorar la capacidad para predecir, mitigar y responder a crisis en múltiples niveles.
Finalmente, ver las crisis como fractales nos invita a cambiar nuestra perspectiva sobre cómo entendemos y abordamos los desafíos globales y locales. Nos recuerda la importancia de considerar tanto el panorama general como los detalles más pequeños al momento de enfrentar y resolver las crisis en su complejidad.
Notas:
Para quienes deseen profundizar más en el tema les recomiendo un par de textos:
Mandelbrot, B. B. (1982). The Fractal Geometry of Nature. W. H. Freeman and Company. Esta es la obra fundamental sobre fractales que establece las bases teóricas.
Watts, D. J. (2011). Everything Is Obvious: *Once You Know the Answer. Crown Business. Este libro discute cómo los sistemas complejos pueden producir resultados inesperados.