En junio de 1940, el ejército Nazi había completado la invasión a Francia. En menos de un mes Hitler tomó el control y dividió a la nación gala en dos. El Norte fue ocupado por los alemanes, al Sur, en la pequeña ciudad de Vichy se estableció el gobierno colaboracionista de Pétain.
El mariscal Philippe Pétain, héroe francés de la 1ra guerra mundial, admirado por su pueblo se le había volteado a su patria, y durante cuatro años presidiría un régimen pronazi y antisemita de horror, en el que encarceló a grupos de resistencia y envió a campos de concentración a miles de judíos. El gobierno de Pétain estableció un Estado autocrático que sometió a Francia a la colocó al servicio de Hitler. La policía de Vichy fue una de las más antisemitas de Europa, buscó y capturó alrededor de 80 mil de judíos que enviaron a campos de exterminio. Apenas 2000 sobrevivirían al final de la guerra.
En junio del 44, tras la entrada por Normandía, Charles De Gaulle, que había escapado a Inglaterra al momento de la invasión alemana, libera a Francia junto a tropas de la resistencia y hace que Pétain y su gobierno colaboracionista huyan a Suiza. Pétain fue luego juzgado y condenado a muerte por traición a la patria, pero De Gaulle le perdona la vida, pues ya tenía casi 90 años. Termina preso en la isla de Yeu, donde muere en 1951. Quien fuera el “vencedor de Verdún” en la 1ra guerra terminaría preso hasta la muerte por traidor.
Un poco después de concluida la guerra, Sartre escribiría un breve y denso ensayo llamado La libertad cartesiana. Allí, expresaría: ”… la manifestación más grande de la libertad del individuo es su capacidad de decir NO”. Mediante la negación el hombre se hace libre. Sartre llegó a considerar, luego de ver el valor de la resistencia francesa a partir de Normandía: los franceses nunca fuimos tan libres como cuando estuvimos ocupados por las tropas alemanas. La ocupación fue la mayor oportunidad de hacer verdadera la libertad.
Entender a Sartre no es nada fácil, pero me queda clara la idea que la mayor manifestación de libertad es decir NO a aquello que atenta contra lo que consideramos verdadero o justo. Por eso, la repulsión del pueblo francés contra Pétain, quien, buscando una salida, negaba la libertad. Según Sartre, el hombre es libre siempre porque siempre puede decir NO, de la misma manera, detrás de la libertad del NO está la inmensa responsabilidad de asumir las consecuencias de negarse, más aún, si el enemigo tiene el poder de reprimir y aterrorizar.
En todo caso, la libertad no es ambigua ni acepta posiciones intermedias, tampoco acepta rutas alternas o vías para “ir ganando espacios” hasta lograrla. En la visión de Sartre, podríamos decir que si algo es radical es la libertad, cualquier otra opción, sería sumisión.