Para nadie es un secreto que alcanzar metas en entornos complejos y repletos de incertidumbre es difícil, o mejor dicho, muy difícil. El ámbito de la seguridad no escapa a esta realidad, al contrario, los logros de efecto prolongado en este terreno son más bien raros. Quizás porque el éxito en la seguridad usualmente se vincula más al combate de amenazas, que no son del todo controlables, que a los avences en prevención, protección y cultura de resiliencia.
Una seguridad basada en capacidades y fortalezas de la organización, y con menos énfasis en la reactividad, es un aspecto clave en el abordaje estratégico para la gestión de riesgos. De hecho, La ventaja de una seguridad más resiliente es que la realidad y el entorno se escucha e interpreta. No todo depende de lo que ocurra puertas adentro. Aquello que rodea a la organización debe estudiarse, pero no para controlarse, sino más bien para entenderse y sacar lecciones. Oponerse a lo que no se puede controlar es un perdida de esfuerzo, que bien puede emplearse en lo que se es realmente bueno y donde se tiene la posibilidad real de influir para transformar positivamente.
Los logros pueden de forma simbólica, representarse como una relación multiplicadora entre habilidades y esfuerzos. Se pueden resumir así:
Logro = Habilidad x Esfuerzo
Las habilidades se asocian directamente con las fortalezas. Será más hábil aquel que explota sus talentos y fortalezas que quién se dedica a corregir reactivamente sus errores. De la misma manera, un esfuerzo resulta más productivo sobre aquello que se conoce y se controla, y no tanto, cuando se concentra en elementos externos que operan bajo intereses distintos a los fines de la organización. Es decir, se obtienen más y mejores logros trabajando con la cultura de prevención de los empleados de una empresa o identificando las oportunidades para mejorar las normas y procedimientos de seguridad, que tratando de convencer a comunidades cercanas a respetar reglas de convivencia.
Esto no quiere decir que el trabajo con el entorno no sea importante, sólo que los logros en estos ámbitos son más lentos y requieren más habilidades y esfuerzos.
Un gerente de seguridad, debe tener presente que la inversión en seguridad, más allá de lo económico, requiere además, indicadores tanto de habilidad como de esfuerzo, si pretende que su trabajo sea valorado de una manera más justa.
Algunos elementos a considerar para la obtención y medición de logros en seguridad son estos:
Habilidades |
Esfuerzos |
Especialización, motivación y disciplina del equipo | Cantidad de personas en el equipo |
Liderazgo del gerente del área | Recursos disponibles para lograr los objetivos |
Inteligencia emocional y práctica de la gerencia | Prioridad que tengan los objetivos de seguridad para la organización |
Competencias adecuadas a modelos mentales alineados con la seguridad |
Disposición de la organización a mejorar la seguridad |
Herramientas y equipamiento tecnológico disponible |
El éxito de la seguridad en entornos complejos está conectado con la administración de las habilidades y dónde se ponen los esfuerzos. Balancear la ecuación de los logros tiene especial significación en la gerencia positiva y proactiva de los riesgos de una organización. Existe una ventaja adicional, y es que en momentos difíciles, los logros producen más satisfacción.
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