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El costo de la inseguridad en Latinoamérica

Una pregunta frecuente en mi actividad de consultoría es cómo calcular los costos de la seguridad y cuál sería la mejor manera medir la calidad de ese gasto. Pareciera haber una opinión empírica, pero generalizada, sobre su alto precio. No es un asunto fácil de abordar y menos de responder. Sin embargo,  trataré de esbozarlo en estas líneas, aunque es un tema que requiere más análisis. Soy de los que cree que la seguridad es un valor que está en permanente conquista, y siempre podemos hacer más para construir cultura de previsión entre los miembros de una sociedad.

Voy a comenzar por decirles que si la seguridad es cara, no se imaginan ustedes cuanto puede costar no tenerla. El costo de la inseguridad es geométricamente mayor de lo que se paga por estar seguros, esta es la primera razón por la cual, la seguridad debe considerarse, al menos en parte, como una inversión y no un gasto, por tanto, la pregunta correcta sería ¿cómo hacer para que la inversión en seguridad sea más efectiva o rentable?

Otra verdad irrebatible en estos temas, es que la prevención será siempre más económica y de efectos más duraderos que cualquier otra forma de seguridad.

El PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) en su informe Seguridad Ciudadana con Rostro Humano del 2013, reconoce que:

  • En América Latina, los ciudadanos han tenido que cambiar su cotidianidad para evitar ser víctimas del delito, lo que ha restringido de distinta manera sus libertades.
  • La inseguridad genera impactos colectivos: transforma y cambia la manera como las personas construyen sus vínculos sociales, deteriora el espacio público y acentúa la desigualdad y la exclusión urbana.
  • La victimización y el temor al delito erosionan la confianza de las personas y estimulan, en algunos casos, el respaldo a medidas represivas que vulneran sus derechos democráticos.
  • La inseguridad ciudadana tiene consecuencias significativas para la sociedad latinoamericana, con costos altos en términos del PIB, del gasto público e incluso en la esperanza de vida.

En este sentido, un informe preparado por el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC)  calcula que de no haber ocurrido un exceso de muertes por homicidio, en 2009, la región no habría perdido 331 millones de años acumulados de vida, y en promedio, los países en América Latina habrían logrado una ganancia de US$51 en el PIB per cápita. En el caso de Venezuela, este valor habría superado los US$70 en el PIB per cápita. Esto significa 2 millardos de dólares al año que el país dejó de recibir sólo por pérdidas tempranas en las expectativas de vida de sus ciudadanos.

Otra forma de estimar los costos de la inseguridad se vincula  el impacto en el gasto público, el gasto privado y las pérdidas sufridas por las víctimas producto de la delincuencia. El PNUD identifica tres tipos de costos. Primero, los costos anticipados, que son aquellos en los que incurren tanto el Estado como los actores privados para reducir el riesgo de victimización; esto incluye, por ejemplo, la contratación de seguridad privada y otros desembolsos en prevención y protección. Segundo, los costos que se producen como consecuencia del delito, en estos se encuentran, los daños a la propiedad o la reparación a víctimas. Tercero, los costos en los que incurre el Estado para identificar, perseguir y castigar a los responsables, así como los gastos sucesivos de reinserción social. La identificación de los distintos tipos de costos puede ayudar a definir políticas públicas más efectivas para reducir la inseguridad.

Bajo este método, puede estimarse el costo de la inseguridad en función del PIB. Desafortunadamente, la poca transparencia y la discrecionalidad con la cual se manejan los presupuestos de seguridad en América Latina no permite la obtención de datos confiables que nos conduzca a una estimación válida. Sin embargo, por vías indirectas y por análisis comparativo con otras naciones, existe coincidencia que en Venezuela, por ejemplo, el costo de la inseguridad en 2015 osciló entre 4% y 7% del PIB. Esto, en cifras absolutas son unos 20 mil millones de dólares anuales que se malgastan, sin detener la degradación del tejido social del país.

Los países que han logrado detener la espiral viciosa de la inseguridad a través de voluntad, continuidad  y políticas públicas acertadas, han descubierto que los ahorros obtenidos de los altísimos costos de la inseguridad,han financiado proyectos que de otra manera hubieran sido sencillamente inviables.

@seguritips

1 comentario en “El costo de la inseguridad en Latinoamérica”

  1. Evaluando los distintos tipos de inseguridad (jurídica, política), el costo se debe entender en si como la desconfianza o la falta de confiabilidad en los sistemas. En dicho sentido mensurarlo es complejo, pero no así las inversiones utilizadas. Las cuales pueden tener un margen de efectividad variable pero estimable en su media.

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