Comencemos a dibujar un nuevo mapa de lo que será la seguridad en los años por venir. Me atrevo a adelantar un nombre para esta nueva etapa: Era de la Anti-Fragilidad.
La seguridad anti-frágil desarrolla la capacidad de aprovechar las dificultades derivadas de los riesgos de una organización para crecer y hacerse más robusta. Es la seguridad que se nutre de la aleatoriedad y la turbulencia porque se prepara para afrontarla.