Deconstruir la seguridad. Deconstrucción

Deconstruir la seguridad

En esta oportunidad he decidido retarme un poco a mí mismo, tratando de “estirar” un concepto de la filosofía, trayéndolo a mi terreno de la seguridad. Me refiero a la “deconstrucción”.

Para entenderlo, primero debo explicar que la deconstrucción es un enfoque crítico desarrollado por el filósofo francés Jacques Derrida, que busca analizar y cuestionar las suposiciones subyacentes y las narrativas dominantes en el lenguaje, la literatura, la filosofía y otros campos del conocimiento.

En lugar de buscar el significado esencial o la verdad de un texto o una idea, la deconstrucción busca examinar las tensiones, contradicciones y ambigüedades que existen dentro de ellos. En otras palabras, se trata de mostrar cómo los términos, conceptos y categorías que utilizamos para entender el mundo son inherentemente inestables, contingentes y relacionales.

Dicho esto, con la extrapolación de términos podríamos exponer que la deconstrucción de la seguridad sería un análisis crítico que busca cuestionar las suposiciones subyacentes y las narrativas dominantes sobre lo que se considera seguro en diferentes contextos y ámbitos. Se basa en la idea de que la seguridad no es una propiedad objetiva y universal, sino un constructo social que se forma y se negocia en relación con factores políticos, culturales, económicos y psicológicos. Entendido de otra manera, lo que se considera seguro para una persona o una comunidad puede no serlo para otra, y esto puede variar según el tiempo y el lugar.

La deconstrucción de la seguridad también implica examinar las relaciones de poder que influyen en la manera en que proveemos protección, así como las formas en que la seguridad puede ser utilizada como una herramienta de control, censura o exclusión. Por ejemplo, se puede analizar cómo ciertas medidas como la vigilancia pueden ser utilizadas para restringir los derechos y libertades. En este sentido, podríamos preguntarnos hasta qué punto la libertad de expresión puede convertirse en un problema de seguridad de los Estados, ya que la exigencia de transparencia de los ciudadanos puede exponer información altamente sensible o, por el contrario, lo que ocurre en regímenes autoritarios, donde todo es secreto y discrecional, perdiéndose el derecho a conocer los hechos de la realidad.

La deconstrucción de la seguridad invita a reflexionar críticamente sobre nuestras concepciones convencionales que tenemos en torno a la protección, la prevención y la gestión de riesgos y a considerar las implicaciones sociales, políticas y éticas de las estrategias de seguridad que se implementan en diferentes contextos.

Pero con la deconstrucción vale la pena ir un poco más allá; según Derrida, el lenguaje y el pensamiento humano están intrínsecamente marcados por la difracción y la diferenciación, lo que implica que cualquier significado o verdad que tratamos de establecer es siempre provisional y dependiente del contexto. La deconstrucción, por lo tanto, involucra un proceso de lectura y análisis que revela las múltiples formas en que los hechos y las ideas pueden ser interpretados y comprendidos.

Llevado esto al plano de la seguridad, con la deconstrucción se rompe un poco el dilema de seguridad versus libertad, ya que no necesariamente son un binomio antagónico. El reto que nos plantea Derrida con la deconstrucción es a explorar las posibilidades subyacentes entre dos posiciones y a desmontar cada una hasta buscar zonas de integración o potenciación.

En mi libro Riesgos Líquidos en el capítulo La seguridad y su dimensión de libertad planteo que la seguridad en su concepción más amplia encierra un objetivo fundamental; la reducción de las causas que impidan al ser humano el ejercicio pleno de sus derechos. Lo que en realidad es una expresión de libertad.

Riessgos Líquidos Alberto Ray desafíos a la seguridad global

Derrida cuando propuso su tesis de la deconstrucción se vio obligado a aclarar que deconstruir no significa destruir, aunque muchos se han aprovechado de ello para justificar la demolición de paradigmas. Para él, la deconstrucción no es una técnica o un método para desmontar o desarmar las estructuras sociales, políticas o culturales existentes. Esta se centra más bien en analizar las tensiones y contradicciones que existen entre pensamientos o conceptos y no necesariamente busca cambiar o transformar el mundo.

La deconstrucción no es una herramienta para relativizar o negar la existencia de la realidad objetiva. Aunque la deconstrucción cuestiona la estabilidad de los conceptos y categorías que utilizamos para comprender la realidad, no niega la existencia de hechos o eventos concretos. En este sentido, es fundamental para la seguridad entender que la verdad en torno a determinados hechos constituye un elemento objetivo en el proceso de investigación y, por tanto, tienen validez universal, por lo que no puede aceptar interpretaciones alternativas. Este aspecto resulta clave, porque en tiempos recientes, la relativización de ciertos delitos se ha convertido en un elemento de discusión tanto para las fuerzas de contención policial como en la aplicación de la justicia.

Debo señalar que mi interés en el crossover de conceptos entre la filosofía y la seguridad no es desmontar o desvalorizar a la seguridad. Pretendo, si mi limitado entendimiento me lo permite, buscar otras posibilidades, abrir nuevas perspectivas y darle un significado más elevado al poder de la comunicación, aunque como lo dice Derrida, el lenguaje y la comunicación son inherentemente inestables, contingentes y relacionales, lo que implica que cualquier significado o verdad que tratamos de establecer es siempre provisional y dependiente del contexto.

En resumen, al deconstruir la seguridad podemos encontrar herramientas para analizar y desmontar las estructuras convencionales o ancladas en viejos conceptos. Es un proceso que nos invita a reflexionar críticamente sobre las relaciones de poder que influyen en la producción y la gestión de la cultura, la política y la sociedad. Además, abre nuevas posibilidades para la creatividad y la imaginación.

En estos tiempos líquidos y de arreglos móviles, la deconstrucción reta los conceptos fijos, lo que puede llevar a una apertura hacia nuevas formas de pensar y de crear significado. En fin, los invito de vez en cuando a filosofar sobre lo que damos por inamovible, quizás descubramos magníficas oportunidades.

@seguritips

1 comentario en “Deconstruir la seguridad”

  1. DIMAS OSWALDO CHOMBA CASTRO

    No hay edificio sin caminos que conduzcan a él, ni tampoco hay edificios sin recorridos interiores, sin pasillos, escaleras, corredores o puertas afirmaba Derrida.
    Felicito tu frase : Al deconstruir la seguridad podemos encontrar herramientas para analizar y desmontar las estructuras convencionales o ancladas en viejos conceptos.
    Muchas gracias por tus aportes estimado Alberto , ayudan en gestionar nuevos conocimientos a nuestra comunidad de seguridad en la region.
    Un fuerte abrazo desde el Perú

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