Cada vez es más evidente que sólo a través de un cambio de cultura, una organización puede hacerse más consciente de sus riesgos y por ende, mejorar su seguridad.
La cultura organizacional puede definirse como el conjunto de normas y valores que son compartidos por personas y grupos en una organización, y que de forma natural, facilitan las interacciones a lo interno y con su entorno. Más específicamente, la cultura de seguridad es el nivel de consciencia previsiva que posee una organización frente a su realidad. Esta cultura está constituida básicamente en tres niveles: personal, grupal y de entorno. Todos se realimentan en un sentido u otro en el sostenimiento de la seguridad de la organización.
La consciencia previsiva por su parte, se define como la capacidad de anticipar las consecuencias de decisiones, así como, el impacto que tienen las variaciones del entorno sobre la organización. Prever es ver por adelantado, es un ejercicio o pronóstico de futuro sobre escenarios probables.
Una profunda transformación cultural orientada a la seguridad previsiva ancla sus raíces en aquello que la gente identifica como cierto o verdadero en la organización. Elementos como la misión, los valores y los principios de actuación cobran sentido para el cambio positivo, siempre que se practiquen asertiva y oportunamente. La confianza, lealtad, honestidad, respeto y sentido de pertenencia están vinculados a la construcción de una fuerte cultura de previsión. Son de hecho, indicadores para la medición del nivel de consciencia previsiva en la organización.
Es importante hacer una distinción entre previsión y prevención porque son términos que con frecuencia se intercambian, no teniendo el mismo significado. La previsión es una actitud mental consciente, mientras que la prevención es un proceso de la seguridad mediante el cual se construye previsión. De forma práctica, la prevención es una herramienta para construir previsión.
El proceso preventivo dentro de la cultura es clave en el posicionamiento estratégico de la seguridad. En este proceso se enmarcan un conjunto de actividades orientadas a mantener la normalidad y a maximizar los fines de la organización. Aquí señalo algunas de las actividades:
- Elaboración e implantación de políticas y normas de seguridad.
- Divulgación y sensibilización del personal en temas de seguridad.
- Formación y capacitación del personal
- Integración con la comunidad y organismos de seguridad del Estado orientados a la prevención
- Inteligencia corporativa
- Integración con otras áreas de la organización para análisis de entorno, tendencias e identificación de amenazas
En una visión positiva de la seguridad, la estrategia de transformación cultural se apalanca en las fortalezas de la organización, en sus cualidades y virtudes. Por ello, en el inicio de un programa de seguridad es tan importante conocer al grupo desde dentro. Preguntas como ¿Qué valora de su sitio de trabajo?, ¿En qué esta organización es realmente buena? y ¿Cuáles son las fortalezas que salvan a la organización en momentos críticos? pueden comenzar a dar respuestas sobre las piezas a mover para iniciar un salto significativo a dimensiones más previsivas y por ende más seguras.
En la nueva edición del MAPS, ahora identificado como MAPS21, desarrollamos en detalle el tema de la formación de una cultura de seguridad para la organización. Aquí el enlace:
@seguritips
*El texto original pertenece a a la serie RAY en Seguridad. Esta versión ha sido modificada y actualizada
Excelente Profesor como siempre Magistral.